Alimentos y bebidas a evitar en el embarazo

Alejandra Huerta Arreola

Hoy sabemos que la nutrición durante el embarazo no solamente es importante para la madre sino que tiene un impacto mayúsculo en el metabolismo del bebé, que determinará en gran medida su salud a lo largo de la vida. Los principios básicos de una alimentación saludable son los mismos para una mujer embarazada que para cualquier persona, por ejemplo, comer abundantes frutas y verduras, suficientes leguminosas y cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, y preferir alimentos frescos y no ultraprocesados. Sin embargo, hay ciertas bebidas y alimentos que se deben evitar porque implican importantes riesgos para el bebé. A continuación los enlisto.

Alimentos de dudosa higiene:

Los cambios hormonales e inmunológicos durante el embarazo aumentan la susceptibilidad de intoxicaciones o infecciones transmitidas por alimentos que no han sido bien manejados. Estas enfermedades pueden afectar al feto de diferentes maneras, incluso si la madre no se siente enferma. Por ello es fundamental cuidar la higiene alimentaria especialmente durante esta etapa.

Alimentos de origen animal crudos o poco cocidos:

Pescados, mariscos, carnes o huevos que no han sido suficientemente cocidos pueden contener Salmonella. La infección con esta bacteria puede causar una infección del líquido amniótico, incrementar el riesgo de parto pretérmino, restringir el crecimiento del feto o puede incluso transmitirse al mismo. Un bebé que nace con salmonelosis puede desarrollar sepsis o meningitis. Otro parásito que suele estar presente en carnes crudas, especialmente en cordero o cerdo es Toxoplasma gondii. La toxoplasmosis en el embarazo se relaciona con sordera, ceguera y discapacidad intelectual en el hijo. Es importante cocinar bien los alimentos y evitar la contaminación cruzada.

Lácteos no pasteurizados o quesos con moho:

Estos alimentos pueden contener Listeria.El riesgo de adquirir listerioris es mayor durante el embarazo y puede conducir a aborto, parto pretérmino e infecciones neonatales. Para prevenirla hay que evitar los quesos frescos o maduros (no pasteurizados) o aquellos con moho tales como el brie, camembert y queso azul. La Listeria también puede adquirirse a través del consumo de patés o de alimentos mal recalentados.

Pescados altos en mercurio:

El mercurio es bioacumulable, es decir que se une a las proteínas de los peces y no se puede eliminar. El contenido de mercurio va aumentando en los peces que comen otros peces, es decir en los de mayor tamaño, y finalmente se incorpora en la dieta de las personas. Es poco probable que sea dañino en pequeñas cantidades, pero la alta exposición ocasiona efectos neurotóxicos, inmunotóxicos, teratogénicos y reproductivos. El feto es más vulnerable a la toxicidad por mercurio ya que su sistema nervioso se encuentra en desarrollo. Las especies a evitar durante esta etapa son marlin, caballa o macarela, pargo emperador, tiburón, panga o blanquillo, pez espada y atún patudo. También se recomienda limitar a no más de 2 porciones por semana de pescados azules (con alto contenido graso) o atún fresco o enlatado.

Alcohol:

El hígado del feto es de los últimos órganos en desarrollarse, por lo que una cantidad de alcohol que puede ser inofensiva para la madre puede causar daños permanentes en el producto. Se recomienda evitar por completo el alcohol en esta etapa, incluyendo vino y cerveza.

Cafeína:

Se debe limitar su consumo a <200 mg/día, que equivale a 2 tazas de café, ya que cantidades más altas pudieran estar relacionadas con parto pretérmino o restricción del crecimiento intrauterino. Hay que recordar que la cafeína también está presente en bebidas energéticas, té, chocolate, refrescos de cola y algunos medicamentos.

Germinados:

Los germinados de alfalfa, de brócoli, de soya, de cebolla, etc. frecuentemente están contaminados con Salmonella por lo que se recomienda evitarlos crudos por las razones antes expuestas.