En los alimentos encontramos vitaminas y minerales que nos permiten mantenernos fuertes y saludables. Hoy nos ha quedado más claro que nunca que encontrarnos en un estado de nutrición óptimo nos protegerá de enfermedades y complicaciones de salud.
Aquí te proponemos 5 vitaminas y minerales que no deben faltar en tu dieta.
El consumo de antioxidantes durante esta temporada es crucial para el sistema inmune. La vitamina C no se encuentra solo en la naranja como muchas veces pensamos, sino también en alimento como, fresas, brócoli, kiwi, pimientos, jitomates y limones.
Los alimentos ricos en Vitamina E son las espinacas, brócoli, nueces y semillas como las oleaginosas. Ayudan a proteger a nuestro cuerpo de los radicales libres, es decir, de la oxidación, incluye en tu dieta este tipo de alimentos.
El betacaroteno e soto antioxidante indispensable para tu sistema inmune. Esta vitamina la encontramos principalmente en frutas y verduras con color amarillo y naranja: zanahoria, mangos, calabaza, camote y hojas de color verde.
La vitamina D es capaz de reducir el riesgo de infecciones virales y del tracto respiratorio. Alimentos como el atún, el salmón, huevos y lácteos son una buena fuente de esta vitamina. Exponerte 10 minutos al sol también producirás naturalmente Vitamina D.
El zinc es un mineral necesario que fortalece las células de la sangre encargadas de defender a nuestro cuerpo de agentes infecciosos. El zinc puede ser suplementado y lo podemos encontrar en alimentos como semillas de girasol, ajonjolí, lentejas y frijoles.
El sistema inmune esta conformado por diferentes células y órganos que nos permiten defender a nuestro cuerpo de virus, bacterias, parásitos y tumores cuando éstos quieren afectarnos. Sin embargo existen factores que pueden debilitar nuestro sistema inmune y hacernos más susceptibles a enfermedades.
Nutrify te dicen cuáles son éstos 8 factores y cómo pueden debilitar tu sistema inmune.
El exceso de toxinas ha demostrado ser supresores del sistema inmune y causantes de enfermedades neurológicas e inmunológicas Toxinas y metales pesados como: aluminio, plomo, teflón, cadmio, etc, los podemos encontrar n el aire, agua, productos procesados y en los materiales de cocina en donde cocinamos nuestros alimentos. Utiliza alimentos quelantes y detoxificantes como cúrcuma, algas marinas, cilantro y espirulina.
El efecto del ejercicio sobre el sistema inmune es acumulativo, por lo que una sola dosis no tendrá el efecto deseado. La forma ideal de fortalecer tu sistema inmune es ser constante con ejercicio de intensidad moderada a intensa al menos 3 veces por semana.
Se ha demostrado que el exceso de azúcares refinados dentro de nuestra alimentación suprime nuestro sistema inmune. Dicho efecto tiene una duración de 5 horas, lo que quiere decir que después de que consumes un alimento rico en azúcar dejas a tu cuerpo susceptible por ese periodo de tiempo.
La cafeína (más de tres tazas de café al día u otro tipo de bebidas con cafeína) "mata" las vitaminas B, reduce el contenido de hierro, potasio, zinc y calcio en el cuerpo, además al igual que el alcohol reduce la cantidad de glóbulos blancos en sangre, mismos que se encargan de defendernos de virus y bacterias. Se recomienda limitar el consumo de café a 2 tazas al día.
Esta comprobado que el consumo de alcohol en exceso disminuye tu sistema inmune hasta en un 75% ya que debilita los glóbulos blancos, afectando también a nuestras células T y B encargadas de la memoria que se crea para reconocer un agente infeccioso. Por lo que pasarse de copas puede aumentar nuestra susceptibilidad a enfermarnos.
Si tu microbiota está dañada no será capaz de reconocer que moléculas son buenas o malas por lo que permitirá el paso de sustancias que tu cuerpo reconocerá como intrusos, mandando señales de inflamación constante, causándote malestares que debilitarán todo tu cuerpo. Mantén tu flora sana con alimentos altos en fibra, probióticos, alimentos fermentados y una dieta balanceada libre de alcohol.
Las dietas altas en grasas saturadas inhiben a nuestros glóbulos blancos en su habilidad para multiplicarse y producir anticuerpos. Limítalas y aumenta tu consumo de grasas buenas como las provenientes de pescados, semillas y aceites como de oliva, aguacate y semillas.
Durante nuestras horas de sueño es cuando nuestro cuerpo tiene la oportunidad de sanarse y recuperarse. Si no lo crees, recuerda como te sentiste la última vez que no dormiste las horas suficientes.